Un manto de nubes grises cubre de nuevo el cielo azul. Llueve, y algunos de nuestros compañeros han tenido que quedarse en casa, los catarros nos debilitan en número, aunque no en ánimo.
Sigo leyendo a Juan Ramón. Me estremezco, cuando por medio de la prensa, me informo que lo van a quemar este año en las Fallas junto a su fiel amigo Platero. ¿Cómo pueden ser tan insensatos?
De repente viene a mi memoria el relato de Platero y yo, “Asnografía”. Uno de los mejores del libro, aunque en realidad, ninguno tiene desperdicio. En él, me siento como Platero, injustamente juzgado por aquellos que tienen la capacidad de la definición.
Este fin de semana los protagonistas son el amor y las máscaras. Todo el mundo sale a hacer sus compras, harán sus cenas de amor, se disfrazarán y lo pasarán bien.
Hoy sábado, el alcalde pasa delante de nosotros, llega con su flamante todoterreno junto a su familia, pasea por la plaza, nos mira, y actúa como el que mira al horizonte, hace caso omiso a que estamos ahí, justo delante de sus narices. Su hijo juega en la plaza ajeno a todo lo que ocurre a su alrededor y en mi pensamiento pasan esas imágenes del pleno donde golpeándose el pecho decía que nosotros habíamos insultado en los primeros días de concentración a él y a su familia. Sólo le dijimos que cada vez que mirara a la cara a su hijo, viera la cara de cada uno de nuestros hijos. (Si eso usted lo toma como un insulto, nos demuestra cuál es su capacidad de amar a las personas).
Horas antes, tengo que decir, que también el teniente alcalde Álvaro Burgos pasó junto a la jaima azul con una actitud similar a la del alcalde. A nosotros nos halagan sus visitas (quizás sean para ver que tal andamos de salud), pero llevamos 23 días esperando la visita final, aquella que dé paso a los acuerdos.
Nosotros seguimos curtiéndonos con las historias de Juan, con las reflexiones de “Pepe de
Asnografía: s. JRJ. (Según Juan Ramón Jiménez) se debe decir, con ironía, ¡claro está!, por descripción del hombre imbécil que escribe diccionarios.
Sr. Volante, ¿ha venido usted hoy a ver como andamos de salud, a darnos su amor ó a quitarse la máscara?
Yo, sólo seré dueño del viento, de la lluvia y del silencio.
Así que deje ya de ignorarnos, de humillarnos como personas y quítese la máscara de una vez con todos nosotros, actúe en el gran escenario y cántenos una bonita letra de comparsa. Demuestre de una vez por todas que nos quiere, porque nosotros no podemos estar jugando a deshojar la margarita del amor. Y déjese de chirigotas políticas. Cuando el hombre pierde la humanidad sólo le queda la ruindad y la mezquindad, y esto…búsquelo en el diccionario.
Hasta Mañana.
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