Quisiera dejar de escribir…
Este es el artículo número trece, y dejando supersticiones aparte, no me importaría acabar aquí. Hubo gente que cuando comenzó toda esta aventura, llegaron a pensar que un simple trabajador no sería capaz de transmitir el día de nuestro colectivo y tocar, a la misma vez, el corazoncito de las personas. Pensaban que probablemente sólo me atrevería a escribir un solo articulo y abandonaría, pensaban que incluir la lectura de la obra de Juan Ramón era algo arriesgado, un reto demasiado difícil. Hoy por hoy, todo son enhorabuenas y felicitaciones. Y además….
- Hemos llegado a todos los rincones de la provincia de Huelva, gracias a aquellos que pusieron interés en que nuestra voz fuese escuchada, y sobre todo, leída por millares de onubenses.
- Todos los moguereños nos han dado una fuerza inconmensurable, un cariño de padres y una comprensión, que sólo un pueblo como este, es capaz de dar.
- Todos mis compañeros y compañeras se han visto reflejados en mis letras, y tenacidad aparte….hemos demostrado que un grupo de personas pueden ser tan fuertes como las rocas de un acantilado. Hemos aguantado grandes tormentas, fríos polares y vientos casi huracanados, pero si ello nos lleva a la solución…son simples aguaceros, un poquitín de aire fresco y oxígeno para la jaima.
- Tenemos un blog en Internet, donde “El diario de una jaima azul” llega a todos los rincones del mundo y es visitado por infinidad de personas. La magia del futuro.
Pero sobre todo me quedo con ese abrazo sincero que recibo día a día por parte de mis compañeros, me quedo con la expectación que muestra mi hijo cuando busca un nuevo artículo en el periódico, me quedo con el orgullo que siente mi mujer, Cristina, cuando me mira y ve en mí un hombre más justo, me quedo con el apodo de “Juan Ramón” que cariñosamente me dicen al verme las personas que me conocen (para nada le hago ni un poco de sombra al gran maestro, D. Juan Ramón Jiménez Mantecón).
Ayer tuvimos un curioso suceso, un joven nos trajo dos bandejas de dulces caseros (pestiños, roscos y empanadillas de sidra), nos dijo: “Gentileza de la asociación Abriendo Puertas”.
Hoy tuve la oportunidad de leer todas las grandes cosas que realiza esa asociación, y pensé, quizás estos dulces son un buen augurio y nos abran las puertas de
Espero por tanto, que Platero venga con las alforjas repletas de alegría y sea cierto que esta vez, es la definitiva. Esperamos que los acuerdos lleguen por fin y todas las partes implicadas salgan satisfechas, pero sobre todo el colectivo más desfavorecido, los trabajadores.
Espero ávido lector, que mañana ó el lunes, busques este artículo y no lo encuentres en ninguna página del periódico, que busques mi nombre y fotografía…y yo, haya desaparecido. Si me vuelves a ver, piensa, las cosas siguen mal. Si no me vuelves a ver…“encantado de haberte conocido”.
Quisiera dejar de escribir….y por hoy, aquí termino.
¿Hasta Mañana?
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