Amanece un día más en la jaima azul. El cielo está hoy cubierto de ceniza, el sol intenta abrirse camino arañando las nubes, nos llega un fuerte olor a marisma, a brea y al pescado de Huelva (como diría Juan Ramón). Como se preveía el agua había de llegar a lo largo del día y en la tarde hizo acto de presencia, pero hasta su llegada….
Ya son 14 días concentrados frente al Ayuntamiento de Moguer y hoy son las mujeres las que nos hacen el relevo. Son nuestras compañeras las que dan la cara. Lo habéis oido bien, porque aunque no lo creáis, aquí también están afectadas varias trabajadoras del municipio de Moguer. Pero no son las afectadas las que van a pernoctar en la jaima azul, son dos valientes compañeras en muestra de compresión y solidaridad.
Esta tarde ha venido a nosotros la magia de mano de nuestro compañero Antonio. ¡Dejad que los niños se acerquen a mí! -esa era su frase de reclamo para que los pequeños acudieran a presenciar su espectáculo-. Los niños por un momento abandonaron el estado de nerviosismo que vive en sus hogares en los últimos días y se dejaron llevar por lo maravilloso del momento.
“El mago Antonio” sacó su baraja de cartas, y con un nada por aquí y un nada por allá, dejó a todos embelesados. Niños ,y por supuesto, mayores con espíritu de niños, todos sentados alrededor de la jaima pudieron ser testigos de cómo la magia se hacía realidad antes sus ojos. Por un momento la ilusión, la magia, ¡lo fantástico!, dominó el corazón de todos.
Aunque “El mago Antonio” no es el único que puede hacer magia en este municipio. Tiene un duro competidor, el Sr. Volante es capaz de montar unos andamios para pintar la reja del Ayuntamiento, colocar unas vallas para pintar de amarillo varios bordillos y….¡Abracadabra!.... ¿Dónde están los pintores?....¡Han desaparecido!.
¡Gran truco de magia, Sr. Volante!.
En el relato de Platero donde me veo inmerso, no he tenido que avanzar mucho para sacar una nueva conclusión. Sólo leí un par de capítulos más y allí estaba…”La verja cerrada”.
“En la bodega del Diezmo a la vuelta de la pared de la calle San Antonio había una verja cerrada que daba al campo…”. Juan Ramón sin poder abrirla físicamente, pues no había llave alguna que se la conociera, con su imaginación, con su corazón, en sus sueños….era capaz de atravesarla, hallando tras ella la inmensidad de su fantasía.
Todo lo maravilloso está tras la verja, busque la llave y abra la puerta. No queremos ser meros espectadores, porque llevamos más de 7200 noches visitando la verja.
Sr. Volante le pedimos que haga un buen truco con los trabajadores y trabajadoras de Giahsa y pida a las nuevas empresas que acepten la subrogación, saque un precioso conejo blanco de su chistera, y por supuesto, acabe con todo este horrendo espectáculo.
Nosotros por el contrario pintaremos de negro “La verja cerrada”, y no será…por arte de magia.
Hasta Mañana.
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