jueves, 11 de febrero de 2010

Diario de una jaima azul II (2 de Febrero de 2010)


Hoy la noche nos ha dado un ligero respiro. De los 4 grados de ayer, hemos pasado a los 6 grados de esta madrugada, el cielo con su dorado azul (como diría Juan Ramón) amanece inmaculado como el mar, aunque en días próximos la lluvia volverá a traernos el elemento de la discordia, “agua”.
La noticia de hoy con la que se levantan los periódicos, donde se atisba un principio de acuerdo para los trabajadores de Astilleros, nos llena de ánimo. Esperamos que el raciocinio llegue a las puertas del Ayuntamiento de Moguer, y tomen ejemplo de todos aquellos que no son de este municipio y que no tienen puesta ninguna venda que no les dejé ver más allá de la obcecación.
Como promesa a todos los moguereños, (porque prometo a todos leer al completo la gran obra de Juan Ramón), y siguiendo los consejos de mi propio hijo, ayer día 1 de Febrero de 2010 pedí prestado en la biblioteca municipal “Juan Ramón y Zenobía”…el libro…”Platero y Yo”.
Lectura obligada para muchos escolares de hoy día, y que nunca tuve oportunidad de apreciar hasta este difícil momento. En “Platero y yo”, como dije en mi relato de ayer buscaría algunas respuestas, pues bien, 60 páginas leí en la tarde de ayer, y ya pude sacar algunas conclusiones. Todos nosotros nos sentimos Juanramonianos, y dicho así sonará raro, pero todos nosotros, como él, no formamos parte de ninguna chirigota política.
Las gentes del pueblo las sentimos más cercanas, durante la mañana son muchos los que se paran con nosotros a preguntar que tal estamos y como llevamos todo. Muchos de ellos cuando conversan con nosotros resaltan la frase: “En este pueblo hay mucho miedo”. No damos crédito a algunas declaraciones, pero si Juan Ramón buscaba la libertad en Estados Unidos…es porque aún queda mucho por luchar. Y eso es lo que desde la jaima azul queremos transmitir a todos los ciudadanos de Moguer: “El miedo sólo ha de ser una prolongación del silencio. La palabra y la libertad de expresión siempre serán su verdugo”.
De todo lo que pude leer ayer, dejando a un lado el célebre comienzo: “Platero es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos….”, el relato de “El loco” llamó mi atención. Pude comprobar como por muchos moguereños, Juan Ramón era un poco incomprendido. Su aire bohemio, barba lampiña, negras vestiduras y espíritu soñador, hacía que muchos no lograran llegar al interior del poeta y escritor. Siempre identificado con su pueblo buscaba la libertad en otros lugares, (Madrid, Nueva York, Puerto Rico, y muchos más) y en todos ellos recibió el halago y el cariño de todos aquellos que lo rodeaban.
Pues como él, todos los que estamos frente al Ayuntamiento, y que por muchos podemos ser considerados como “locos”, pedimos que no nos olvidéis, que lleguéis a nuestro interior y comprobéis, que nacimos en Moguer, que vivimos en Moguer, que somos de Moguer y que seguiremos luchando para que un edil “verdugo de la libertad de expresión” reconozca que tenemos que seguir trabajando en Moguer.
Todos juntos haremos que esos gritos agudos, “Los locos, los locos”, terminen siendo un solo rumor que se oiga…allá, tan lejos de nuestros ojos.
Hasta mañana.

No hay comentarios:

Publicar un comentario