Tediosa lluvia la de anoche. Nuestras compañeras resistieron a una de las peores noches desde que permanecemos concentrados frente al Ayuntamiento. Pero demostraron a todos de que material está hecha una trabajadora de Giahsa. Chapó por las dos.
Nuevamente un vecino de Moguer volvió a mostrarnos su cariño aprovisionándonos de bocadillos, batidos y alguna que otra chuchería. No nos cansaremos de decir…GRACIAS.
Gracias también a la hospitalidad de los dueños del Almoraduj, desde donde hoy compongo estas letrillas.
“Veníamos los dos, cargados, de los montes: Platero, de almoraduj; yo de lirios amarillos…..” (Este fragmento se lo dedicamos a ellos, por “güenas gentes”).
En un día donde nos ha llovido tanta agua, el relato de “Platero y yo” donde había de pararme hoy, no podía ser otro que “El aljibe”. Elemento identificativo de ahorro del tan preciado bien en los hogares moguereños, representa para todos nosotros ese elemento que garantiza la continuidad del consumo. Nosotros, somos ese aljibe. Aljibe que purifica el agua, aljibe que llega por las galerías a todos los hogares del municipio, aljibe que se llena hasta el brocal hecho de una sola pieza de mármol, única e indivisible.
Somos ese aljibe que provoca admiración, que proporciona agua cristalina y fresquita, y que todo el municipio sabe que aún sigue ahí.
La luz nos llegará en los próximos días, la tormenta da paso a la calma y nuestros corazones se abren ansiosos a ella. Hoy, llamo a la puerta de la mujer….por valiente, por luchadora, por sincera, por representar ese toque sutil en la fragancia de la rosa. Cautivadora y exultante. A ti…mujer moguereña, solidaria y sensible, mira al corazón de la jaima azul, allí en su interior, una semejante lucha por ser reconocida, por formar parte de ese aljibe que llega a todos los rincones de Moguer.
Coacción, persecución, mentiras, insultos, desplantes, denuncias, amenazas….no echemos tierra al aljibe. Tú (Sr. Volante), que posees la cuerda del pozo, cautiva del cubo que ansías llevar a tus labios, bebe del agua de ayer, que aún sigue fresca en la memoria.
Los andamios por fin desaparecieron, no fue por un truco mágico. Fue la coherencia la que los desvaneció….
Hasta mañana.
“Veníamos los dos, cargados, de los montes: Platero, de almoraduj; yo de lirios amarillos…..” (Este fragmento se lo dedicamos a ellos, por “güenas gentes”).
En un día donde nos ha llovido tanta agua, el relato de “Platero y yo” donde había de pararme hoy, no podía ser otro que “El aljibe”. Elemento identificativo de ahorro del tan preciado bien en los hogares moguereños, representa para todos nosotros ese elemento que garantiza la continuidad del consumo. Nosotros, somos ese aljibe. Aljibe que purifica el agua, aljibe que llega por las galerías a todos los hogares del municipio, aljibe que se llena hasta el brocal hecho de una sola pieza de mármol, única e indivisible.
Somos ese aljibe que provoca admiración, que proporciona agua cristalina y fresquita, y que todo el municipio sabe que aún sigue ahí.
La luz nos llegará en los próximos días, la tormenta da paso a la calma y nuestros corazones se abren ansiosos a ella. Hoy, llamo a la puerta de la mujer….por valiente, por luchadora, por sincera, por representar ese toque sutil en la fragancia de la rosa. Cautivadora y exultante. A ti…mujer moguereña, solidaria y sensible, mira al corazón de la jaima azul, allí en su interior, una semejante lucha por ser reconocida, por formar parte de ese aljibe que llega a todos los rincones de Moguer.
Coacción, persecución, mentiras, insultos, desplantes, denuncias, amenazas….no echemos tierra al aljibe. Tú (Sr. Volante), que posees la cuerda del pozo, cautiva del cubo que ansías llevar a tus labios, bebe del agua de ayer, que aún sigue fresca en la memoria.
Los andamios por fin desaparecieron, no fue por un truco mágico. Fue la coherencia la que los desvaneció….
Hasta mañana.
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